Primera lección de ciudadanía

EL NUEVO PROFE: DE LA "THEORIA A LA PRAXIS"

El pasado día 18, después del Claustro, la Jefe de Estudios había dado al nuevo profesor su horario, con los grupos y asignaturas que le correspondía impartir. Dada su especialidad, se encargaría de las clases de 1º de Historia de Bachillerato y 4º de ESO, más una tutoría en 3º de ESO donde impartiría la nueva asignatura de Educación para la Ciudadanía que ninguno de los otros profesores había querido escoger. Él, por ser el recién llegado, además de haber mostrado interés en darla, se encargaría de impartirla a los distintos grupos.

  • Dos días después...
Dos días después, empezaban las clases. El nuevo profesor, alto, sonriente, de andares en forma de V pero decididos, se dirigía a su aula. Como era nuevo, no conocía todavía el endiablado diseño del Centro. Con un pequeño plano que la Jefa de Estudios le había dado junto a su horario, direcciones de los componentes del Claustro, algunos bolígrafos y otros ‘gadgets’, trataba de encontrar el aula o a algún compañero o compañera que le indicara dónde estaba la clase de 3º D. Encontrar un guía en ese laberinto, cuando cada profesor andaba buscando sus libros, las listas de los alumnos, la clase que le correspondía era misión ardua.

Poco a poco, se fueron cerrando las puertas de las aulas y produciéndose un ligero silencio. Únicamente se oían voces, chillidos, carreras, en el extremo del pasillo del segundo piso. El nuevo profesor miró por enésima vez su plano y vio , en efecto, que el aula de donde procedían los gritos era la que correspondía a su grupo. Apuró el paso, alargó sus zancadas cuanto daban de sí sus largas piernas y, con el ánimo algo encogido, se sintió por primera vez solo ante el peligro. Las voces no se habían acallado, seguían asomándose cabezas a la puerta para ver si por el pasillo venía el nuevo profe.
  • Llegada al aula
Todo era expectación, gritos, carreras de pupitre en pupitre, nervios, curiosidad por saber quién les había tocado en la nueva asignatura. Al fin, apareció el profe. Los chicos y chicas seguían hablando, cuchicheando, como si les sonara aquella cara de algo. Alguno hasta pensó que le había visto jugar en algún equipo de baloncesto, pero no sabía en cual. El profesor se dirigió hacia su mesa. Dudó entre sentarse o permanecer de pie. Al final decidió quedarse de pie, esperando que los chicos y chicas callaran. Estaba acostumbrado a otros recibimientos y de pronto se sintió inseguro ante tanta indiferencia. Algunos y algunas, los más tímidos, ya se habían callado, pero en las filas de atrás, un grupo de viejos repetidores creyéndose dueños de la plaza, por veteranía, seguían charlando entre ellos. Algunos compañeros les hacían señas para que se callaran. Veían al profesor algo nervioso: “¡chissss, callaros!” Gritó Borja, el ‘pelota’ de la clase. “¡Cállate tú, so pringaooo. Luego nos vemos!” Soltó desde el fondo uno de los repetidores. Tendría ya casi los 16 años, pero aparentaba aún más, por su estatura. No dejaba de mascar chicle y estaba tumbado más que sentado en aquella silla que ya le quedaba pequeña.
  • Empieza la clase
Al final - eran ya casi las 8’40, habían transcurrido 10 minutos desde que el timbre hubiera señalado el comienzo de las clases - el nuevo profesor pudo presentarse, decir su nombre y la asignatura que iba a impartir al grupo. Risa general cuando dijo su segundo apellido. El grupo lo formaban 32 alumnos, una mayoría de chicas, frente a una docena de chicos. Los más pequeños y algunas niñas, se habían sentado en las primeras filas. Atrás los veteranos, junto alguna chica que era amiga del del chicle.

El nuevo profesor no sabía por dónde empezar, con las prisas, se había dejado la lista de alumnos en la sala de profesores, así que dejó que cada uno se presentara. A los más tímidos, apenas se les oía: Lucía, Vanesa, Marina, Judith, Borja, Sergioooo, gritó el del chicle. Todos rieron la voz del gallito. El profe estuvo a punto de decir: “ señor Ra...”, pero enseguida reaccionó y dejó que terminaran de pasarse lista.

A continuación, escribió en el encerado el nombre de la asignatura que iba a impartir y les preguntó si sabían de qué se trataba. A algunos no les sonaba de nada, otros más espabilados, tenían una vaga idea:

- “Yo lo sé. Es una asignatura que no les gusta a los curas.” - “ Yo he visto a un señor gordo en la tele que dice que para que aprendamos a ser demócratas” - “Pues yo he oído que lo han puesto los socialistas para j.... bueno, pa fastidiar a los del PP” - “A mí me parece un rollo más”. “Pues mi papá me ha dicho que es para enseñarnos a ser ciudadanos”dijo Borja, el que antes había hecho el “¡chissss...!”. De nuevo se oyó la voz de Sergio desde el fondo que soltó su famoso “¡pringaooo, pelota. Vete a ca....!”.
  • Habla el profesor
Ante esta perspectiva y no sabiendo cómo empezar, el profesor preguntó si habían traído el libro. Sólo Borja y dos niñas tenían el libro de texto. Eran las 9:12. Quedaba casi un cuarto de hora para que terminara la clase. Al nuevo profe se le empezaba a hacer interminable y decidió soltar su speech inaugural. Sus manos se movían de arriba abajo, como si se apoyaran en el aire, dirigía la cabeza de uno a otro lado, arqueando las cejas:

Lo que pretendo enseñaros es que logréis una autonomía tanto personal como en vuestras relaciones interpersonales... (abertura de ojos de sorpresa en los asistentes), quiero mostraros la dimensión humana de la sexualidad ( sonrisas y codazos cómplices). Vamos a conocer las instituciones y el funcionamiento del Estado español y de laUnión Europea, tener conciencia del patrimonio común y de la diversidadsocial y cultural (“¡joder, que rollo”, allá en el fondo) Vamos a desarrollar y expresar los sentimientos y los afectos en las relaciones interpersonales ...(“Vanesa, te quiero, en el recreo nos vemos...”, breve comentario), quiero que aprendáis a identificar la pluralidad de las sociedades actuales y a defender la igualdad..... Rinnnnnggggg!

Todos los alumnos, menos Borja, se levantaron como un resorte de las sillas, si dan lugar a que el profe terminara la frase. En el pasillo Jorge comentaba con Natalia:" Ha dicho que se llama Zapatero ¿será hermano del Presidente del Gobierno?”.
  • El profesor se despide
Terminada la clase el nuevo profesor fue al despacho del Director y le dijo."Me vuelvo a la Moncloa, ahora sé de verdad qué es eso de ‘educar para la ciudadanía’. Les acompaño en el sentimiento."

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