Y dale con mi libro
Esta mañana en una de esas esperas en la consulta del galeno o galena, aparte de las revistas manoseadas y desparramadas por las mesas , también se puede leer un periódico. En una de esas circunstancias, D. Nau abrió la segunda página del diario, se encontró con 'El Mirador' y se entretuvo en echarle una ojeada. El autor recurría a la triada de la vida de no escaparse de este divertido mundo sin haber plantado un árbol, escribir un libro y engendrar un hijo. Sobre lo del árbol lo encontraba satisfactorio y hasta necesario si queremos que este planeta superviva, lo del hijo lo encontraba ya más delicado y merecía unas reflexiones ante de ponerlo en marcha y finalmente pensaba en aquella Umbralada de 'yo he venido aquí a hablar de mi libro'.
Pensándolo bien, el Náufrago consultó con su Becaria si sería oportuno que nosotros diéramos paso la segunda 'conversación' de su 'Doucería'. Ella, que había leído el 'prefacio' del periodista, dijo que eso que llamaba 'libro', no era tal, ni tenía ninguna de las intenciones de los Guerras, Aznares, Carrillos o Revillucas... Lo que tú exponías eran las conversaciones que yo había tenido con vosotros y a mí me gustan revivirlas. ¿Entendido?
Así lo había entendido D. Nau y alguno más, sin otras pretensiones.
Comentarios
Pues el que no quiera leer que no mire. Vamos, digo yo. Yo, por ejemplo, no compraré el libro de Guerra. Por otra parte, no sé que bicho le ha picado a este hombre....(ni al otro)...
Douce, me encanta re-leerte.
Por supuesto ninguno de los citados me atrae. Douce no se promociona, simplemente se revive un poquito.
Boas noites, a estas horas.