Santander desde el mar
UN PASEO POR EL MAR
Mira, Douce,
voy a descansar un poco y luego te contaré la historia de esta mañana. Mientras
tanto tú puedes ver las imágenes de la ciudad que hacía mucho tiempo
no las había visto desde el agua. Nos vemos. Tú siempre has sabido de
esperar (bueno, algunas veces no tanto)...
...¡Ya estoy aquí! Para estas cosas
siempre has sabido esperar. Quería decirte lo que hice esta mañana. Contigo
sabes que habremos sabido a recorrer los sitios donde tú pudieras disfrutar y
de paso atrapaba algún instante o me fijaba en alguna imagen que pudiéramos
'detener'. Esta mañana, además de fijarme en todos los perritos que paseaban
con sus amos y me hacían pensar en ti, decidí que hacía años que no había dado
una 'excursión' por la bahía.
Hubo algún tiempo, ¡ufff!, tu no habías ni
nacido que utilizaba alguna lancha para ir a las playas o pueblos del otro lado
de la bahía. Hoy fue toda una excursión en un catamarán que nos dio una vuelta
a toda la bahía. Subí a la parte de arriba. Soplaba un frío del noreste
que aconsejaba cubrirse bien y al salir un poco ya a altamar el catamarán se balanceaba
y se oían algunos ¡ay! Fueron unos minutos después dio la vuelta y
ya volvió más tranquilo.
En el
agua, además de las gaviotas, había grupos de veleros de jóvenes y otros con su
plancha y la vela. Yo aproveché para disparar la cámara y ver la
ciudad del otro lado, así que me satisfizo y luego en casa escogí las que más
me interesaban, y las otras las dejé para otros momentos. De todo modo ser
interesante, frío y divertido, de vez en cuando pensaba en ti. No sé si te
dejarían subir al 'cata'. Ya te contaré otro día algo que tú sabes, sobre lo
que ocurrió un sábado en unos jardines...
Comentarios
Creo que el 'paseo' vale la pena, aunque a la ida soplaba el aire del nordeste, pero es una hermosa vista de la bahía y de la ciudad y sus playas.
Estáis invitados.