La incorrección política

DEL DERECHO A PENSAR POR SÍ MISMO (Y A EQUIVOCARSE)

Lo políticamente correcto consiste en la observación
de la sociedad y la historia en términos maniqueos.
Lo políticamente correcto prepara el terreno de forma ideal
para las operaciones de desinformación
y para la expansión de la mundialización.
Cuando todo el mundo crea que las verdades
pueden ser objetos de trueque, de que no existen ni verdades ni mentiras,
el mundo estará preparado para recibir la misma propaganda,
de participar de la misma pseudo-opinión pública
fabricada para consumo universal.

Vladimir Volkoff


Para que no haya dudas, los visitantes de esta isla, deben saber que el Náufrago fue educado y adoctrinado en lo que en aquellos tiempos era lo política y cristianamente correcto. Quiere esto decir que debió aprenderse de memoria y repetirlo decenas y decenas de veces, el Catecismo del Padre Jerónimo Ripalda S.J. (1616) o el del Padre Astete, que venía a ser lo mismo. Este ‘manualito’ tenía condensado todo a lo que “el fiel cristiano, estaba muy obligado”.

El Náufrago que fue educado en el ejercicio del ‘deber’, se sintió mil veces culpable, porque no cumplía exactamente los ‘mandamientos de la Santa Madre Iglesia”, quien junto al poder político dictaba lo que había o no debía hacerse. Hasta que un día pensó que dado su incumplimiento tenaz y su eterna sensación de culpabilidad, o cambiaba de ‘mandamientos’ o aceptaba sus ‘defectos’ y daba la espalda a cualquier norma que pusiera en entredicho su imperfección, porque era el no vivir, pendiente de las leyes.

No sin grandes traumas, fue liberándose. Tras la experiencia, sintió alergia a todo lo que fuera normativo, porque sí. Decidió que no aceptaría ningún otro ‘catecismo’, por ‘progresista’ que fuera. De ahí le vino su desconfianza ante cualquiera que quisiera apropiarse de la "Verdad", fuera de la cual el hombre es excluido.

Pero hete aquí, que los rancios ‘catecismos’ fueron reemplazados por otros nuevos, con distintas denominaciones, llámese ‘progresismo’, corrección política’ o nombres paralelos. En lugar de buscar la perfección, el seguimiento de las normas al uso, el Náufrago trató de ser él mismo: Don Imperfecto, con derecho a equivocarse por sí mismo. Se sentía mucho más él, siendo imperfecto, transgresor de normas que no sentía suyas. Comprendió mejor a los que no comulgan con ningún credo, aquellos que dicen lo que de verdad sienten, aquellos que les importa un pito lo que piensen de ellos, los que no se creen en absoluto nada de lo que dicen los que ostentan o se arrogan cualquier poder, ya sea político, intelectual, económico, pastoral, mediático o mesiánico.

Y así anda por la vida, sin banda, partido, secta, cofradía, doctrinas, asociaciones... Equivocándose por si mismo. Hoy leía las historias de algunos ‘incorrectos’ y el nuevo diccionario de aquellas cosas que uno puede creer en privado, pero que si las expone en público, la nueva Inquisición puede echarte el ‘sambenito’.

Vean el Diccionario de la nueva 'religión'. Ojito con lo que piensan sobre ello:


Pinchen en la imagen, para verlo más clarito

Comentarios

María ha dicho que…
Mi querido JULIO,

yo no estudié ese catecismo del que hablas, pero también fui educada en lo políticamente correcto y lo moralmente adecuado a la religión y a las conductas ortodoxas. A veces, exactamente igual que te ocurre a ti, el adoptar posturas o manifestarme a favor de ciertas cosas, o sencillamente el equivocarme, me ha traído no pocas comeduras de cabeza y sensación de culpa, que al contrario que tú aun me cuesta superar, pero te aseguro que estoy en ello.

El intentar ser uno mismo, no es nada fácil, menos cuando vivimos en una sociedad kafkiana, en la que de puertas para fuera todos somos muy modernos y progresistas y por dentro, sigue la mentalidad rancia y mezquina de no admitir que el ser humano, tiene todo el derecho del mundo a su pequeña parcela de felicidad, a equivocarse y tener otra oportunidad y a pensar que cada uno es él y sus circunstancias, que a pesar de sernos desconocidas nos creemos con derecho a enjuiciar y condenar sin piedad alguna.

En fin, de ese diccionario hay muchas cosas con las que ni en público, ni en privado estoy de acuerdo. A mi me cuesta muchísimo más callarme, que decir lo que pienso y con esta condición, comprenderás Julio, en la cantidad de líos que me meto. Pero mira, en tanto en cuanto, no haga daño a nadie, lo que sí que ya estoy aprendiendo es que si a alguien no le gusta le gusta lo que digo y como siempre me coloca una etiqueta en la frente, lo que sí que ya voy aprendiendo, en cierto modo y por tonto que sea reconocerlo, gracias a este medio de los blogs, es que me da exactamente igual. Mi madre siempre me decía, -María, recuerda que no eres moneda de cinco duros que a todo el mundo gusta- Pues eso.
Con que le guste a los míos, me llega.


Muchos besos y feliz semana.


PD. He venido también, porque me encataría que conocierais a mi primo TOÑO, me he decidido a hablar de él en mi blog, se lo debía. Y a vosotros os lo quería presentar personalmente, porque sé que os gustará. Él, es otro políticamente incorrecto, de los de verdad, de los de quitarse el sombrero, ya lo veréis.

Tres guaus también para ti, Douce ;-)
Julio y Douce ha dicho que…
Pues sí, María, es muy frecuente encontrarte con gente que se cree poseedora de la Verdad y enseguida te carga el 'sambenito', si no perteneces a su credo. Nos falta eso tan esencial de saber respetar a los demás, no juzgar y a las primeras de cambio, etiquetarlos.

Así nos luce el pelo. Unos frente a otros, sin 'razonar', rechazando verbal y hasta físicamente al que no participa de sus credos. Así se hace demasiado difícil el convivir y dejar sitio para los demás.

Pero dejemos ese asunto. He visto y oído a tu primo. No lo conocía, porque no suelo ver la tele, pero ha sido toda una lección de hombría, de humor, de sabiduría, la que me ha dado. Sólo el hecho de tener el 'honor' y el placer de conocerlo, hace que te reconcilies con la vida, con algunos seres humanos, muy humanos.

No sólo me he reído con su humor, burlándose de su (pongámoslo entre comillas 'Desgracia'). Afortunadamente, tiene ese otro Don extraordinario de plantarle cara y humor a la vida. Después de verlo, sólo queda una frase que decirnos a nosotros mismos: "Pero, tú, so gilipollas, ¿De qué coño te quejas?"

Muchas gracias por habérnoslo presentado. Cuando sienta la tentación de lamentarme de algo que no me salga bien, me acordaré de Toño. Si coincides con él en ese "Botillo de Oro", dale un abrazo muy fuerte de parte de un Náufrago. Otro para ti de parte nuestra.
Campurriana ha dicho que…
¡Cómo me gusta la gente políticamente incorrecta que tiene algo que decir!

¡Cómo me gustan los que se mojan!

Felices sueños a todos ellos.
Douce ha dicho que…
Campu, somos eternos aprendices de SER nosotros mismos. Somos más poseedores de dudas, que de 'certezas'. Aquel que ha renunciado a seguir aprendiendo, que cree haber llegado a conocer la Verdad, con mayúscula, puede resultar temible.La historia esta llena de ejemplos y de guerras 'en nombre de la 'Verdad excluyente' ( la mayor Mentira)

La única Verdad que nos corresponde es saber que no somos poseedores absolutos de ella, que debemos escuchar a los demás y decir, con respeto, lo que de verdad sentimos. Y aprender de aquellos que, con respeto también,sin 'dogmas', disienten de nosotros. Sería demasiado aburrido un mundo 'Monopensante'.

Reservemos para nostros y para los demás, el derecho a 'equivocarse'. Somos humanos. Hasta los dioses se equivocan.

(Al menos eso me parece la 'Teoría del entendimiento', otra cosa es acErcarnos lo más posible a la práctica. No siempre es fácil)

Douce, la Filósofa

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