Libros, recuerdos y añoranzas

FERIA DEL LIBRO VIEJO

Hoy el Náufrago ha cambiado su mañana playera por la visita a la Feria del Libro Viejo. Visitar este tipo de eventos es como retroceder por el túnel del tiempo en busca de la infancia lejana, aunque no perdida. Es volver al país de la inocencia, del estreno de los primeros sentimientos incontaminados, es respirar la libertad de los juegos en la calle, recordar el mundo abierto por los libros, los cuentos y los tebeos. ¡Oh, los tebeos! Esta mañana el Náufrago, mejor Julio niño, se reencontró con Roberto Alcázar y Pedrín, con El Jabato, con los personajes del TBO. Ha vuelto a recordar aquellos ‘libros pulga’, la colección Araluce, Calleja o Bruguera.

Ha reencontrado el ‘Libro de España’, su libro de lectura en el colegio, cuando tenía diez años. Ha vuelto a revivir las peripecias de Gonzalo y Antonio recorriendo tada la geografía española desde Pasajes hasta Córdoba. Monumentos, historia, marinos, paisajes, personajes como el señor Roldán, el Pasiego, servían de marco y aprendizaje de los dos huérfanos, exiliados en Francia, de vuelta a la tierra de su padre. Aquellas horas de lectura que aquel crío de diez años esperaba como si fuera la continuación de una telenovela, sin amoríos.

Esta mañana, no había demasiada gente en la Feria. La mañana había amanecido soleada y la mayoría de la gente había acudido en tromba a las playas. La inmensa mayoría de los visitantes de la Feria eran adultos y personas mayores que rebuscaban entre los libros, los periódicos, los carteles o los discos. Aquello olía a ‘La Codorniz’, a papel de liar cigarrillos, a discos de José Guardiola, a pósters de James Dean, El ‘Ché’, Elvis Presley, Camarón de la Isla, a cartillas de racionamiento, a tebeos de Tintín y ‘fotos históricas’. Olía a España vieja con sus recuerdos y sus oscuras pesadillas.

Retazos del pasado, algunos olvidados y de nuevo remozados con sus aires de libertad o de ahogo, acurrucados en un rincón del tiempo.

Comentarios

Sylvia Otero ha dicho que…
Muy buena la elección del Náufrago y de Julio niño.

Aquí no teníamos "tebeos". En mi infancia y adolescencia leíamos "revistas de chistes". Les decíamos así aunque se trataran de Superman o Roy Rogers.

Como verás la influencia que tenemos de otra cultura es muy grande.

Hacíamos intercambio de revistas. A las chicas nos gustaban más las de Susy, Archi, Pepita y Lorenzo o la Pequeña Lulú.

Cuando estabas enfermo la diversión era que te trajeran cantidad de revistas para leer en la cama.

Hoy aquí tuvimos casi 30 grados (en pleno agosto ...) pero ya no se soporta más. Está por llover en cualquier momento.

Un beso,

Entradas populares