SENTIDO DEL HUMOR: ¡ RÍASE, TONTO!


Hoy, vayan ustedes a saber por qué, me he puesto a reflexionar sobre el humor. Ya ven qué humorada , un sábado. Pues sí, yo a veces reflexiono, aunque no lo crean. Desde que el señor Gallud aterrizó por mi blog, vete tú a saber qué "humor-Hada" le trajo hasta esta isla, me he preguntado por qué leer sus “humor-hadas” me relajan y por qué captan tan fácilmente adeptos. Y es que hay demasiados blogs aburridísimos, el mío incluído, los hay que lo que buscan es el suscitar disputas, normalmente a propósito de temas políticos. El encontrar historiasImage hosting by Photobucket ocurrentes, disparatadas, inteligentemente escritas, que ponen en la picota las figuras más intocables, el juego con las ideas y las palabras, es una arte que poca gente domina. Porque el humor es algo que debe cultivarse.

El humor precisa inteligencia para adoptar la perspectiva adecuada que nos permita ver la totalidad de la realidad para poner al desnudo el lado ridículo de las cosas que nos pasan, encontrar detalles, modos de poner en solfa las verdades más “intangibles”, lo que seriamente consideramos esenciales. Por eso la religión, el sexo, la gente de orden, los valores intocables son materia de trabajo para ejercitarse en el humor.

El humor necesita determinados ingredientes: sorpresa, incongruencia, fantasía, ironía, distancia... para producirnos esa liberación del alma de lo sagrado o de lo cotidiano.

Sesudos, (¿o sexudos? pensadores como Freud o Bergson vieron muy bien el lado liberador del humor frente a los Yoes que quieren abrumarnos. El humor es la mejor salida cuando estamos en el callejón sin salida de la duda.

Como decía aquél: “ Si se halla en un callejón sin salida, salga por dónde ha entrado” .

Ya ven qué manera más ridícula de hablar del humor, sin ninguna gracia.



Comentarios

Enrique Gallud Jardiel ha dicho que…
Yo no creo en la casualidad; sí e intensamente en la causalidad: en la ley de causa y efecto que es, ami ver, suficiente, para que funcione el universo sin ningñun relojero que le de cuerda. Gracias, como siempre, por tus reflexiones, siempre sutiles y siempre oportunas.
Algún día me pondré pelmazo y erudito y disertaré sobre la teoría del humor. Pero, eso será cuando me apetezca. Por ahora, estoy en plena diversión, escribiendo para tí y para una docena de mentes inteligentes más. (No habrá muchas más, de todos modos.)
Abrazos.
Anónimo ha dicho que…
Sr. Gallud, su blog lo visitamos algo más de una docena de mentes (algunas, como la mía, además va camino de ser de-mente).
¿Será porque no estoy entre las inteligentes?
A pesar de todo, me siguen divirtiendo sus humoradas.

Julio, me gustaría salir del callejón y lo haría si recordara por dónde entré. Pero hace días que no estoy de humor para recordarlo. Eso sí, prometo intentarlo en cuanto pueda.
Douce ha dicho que…
Estoy seguro que el Sr. Gallud te incluye en esa docena que es una unidad de medida muy flexible por reducida que pueda ser. Todo el que sabe intus-legere, leer por dentro, cabe en el cupo.

(Y "el no habrá muchos más" , además de ser una humorada, podría ser hasta cierto, tampoco pasa nada)

Ya ves , que yo que, a veces, pienso que no soy del todo tonto, lo tonto que puedo llegar a ser.

En cuanto a lo de la salida,lo mejor es no precipitarse en buscarla, sin esa preocupación, quizá veamos por qué lado viene la luz. Y saldremos
Enrique Gallud Jardiel ha dicho que…
Mi querido anónimo:
Quizá he ofendido sin querer. Desgraciadamente, me pasa mucho. Una docena es expresión ambigua, abarca más. Como cuando se dice que "se retiró al desierto cuarenta días", aquí "cuarenta días" quiere decir la mar de tiempo.
Obviamente, todos los que leéis estáis ahí, entre los dilectos de mi corazón. Ten por seguro que, si supiera quién se esconde tras tu anonimato, te enviaría gustoso una caja de bombones.
Siempre doy las gracias a los lectores y a ti te les doy especialmente por tu interés.
Anónimo ha dicho que…
Sr. Gallud, no me sentí ofendida. Como mucho, excluída, porque he visto la cantidad de personas inteligentes que visitan su blog. Además que últimamente ando un pelín puntillosa, no hay que tomar muy en serio mis comentarios.

No me convienen demasiado los dulces, soy más de pata negra y de bacalao, pero agradezco sus bombones como si ya los estuviera saboreando.

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