Perdido en el aeropuerto

CUANDO EL HOMBRE ES EL MEJOR AMIGO DEL PERRO
By DOUCE

Tiene la ‘virtud’ mi papá en su humana impaciencia, de pisar mis ideas y apuntárselas como si suyas fueran. Como lo conozco bien, no me extraña, pero no deja de molestarme un poco porque yo sí sé callar y hablar en el momento oportuno. Hoy mismo contestando a un comentario de José María en la entrada anterior, reveló una idea mía que hace tiempo vengo madurando. Se trata de recoger en una carpeta especial de mi ‘escritorio’, aquellas anécdotas, historias, obituarios o hechos significativos en que aparezcan los sentimientos entre hombres y animales y hacer con ellas una pequeña antología que sirva para reconciliarnos a unos y otros ‘animales’. También los hombres por muy racionales que se crean siguen siendo en el mejor sentido de la palabra ‘animales’.

Una de las historias que voy a recoger es esa especie de ‘Cuento de Navidad’ que ocurrió en el aeropuerto de Barajas en vísperas navideñas. La historia: “Un viajero que llevaba diez días en Barajas buscando a su mascota perdida en el aeropuerto se reencuentra con ella antes de Navidad”. No voy a transcribir todo el artículo. Señalo su autor y la página de referencia, para que lean la noticia entera. Aquí en la isla quiero dejar constancia de lo esencial. La anécdota completa la guardaré en mi ‘carpeta’. Lean:

Manuel García Coego, de 46 años, viajaba el viernes 12 de diciembre desde Canarias a Santiago de Compostela vía Madrid, donde debía cambiar de avión. En la bodega iban en una jaula sus dos «compañeros», como él los llama, dos perritos de raza beagle, uno macho y otro hembra, que al ser trasladados por un operario de Iberia al avión con destino Santiago se escaparon por las pistas del aeropuerto. Al parecer la jaula se abrió y, como en la noche de San Juan, no quedaron allí ni los perros.La hembra, ladradora pero poco mordedora, no quiso proseguir la escapada, y a las cinco horas le fue devuelta a García Coego, quien pasó pronto de estar desolado por la pérdida de sus animales a la indignación.

Manuel se quejó de falta de información «durante cinco días» y denunció a Iberia por haber extraviado a sus mascotas. Por último, en un arranque de fidelidad canina, anunció que se disponía a pasar los días y noches en la terminal hasta que su 'Trus' apareciera y pudieran proseguir viaje los tres juntos hacia Santiago.

«Sería una traición irme porque es mi compañero», aseguraba durante estos diez días a los periodistas y curiosos que se interesaban al notar su aire apaleado, con la barba y el pelo largos, una bolsa tirada de una cuerda y unos carteles donde, a la par de llevar la cuenta de los días que llevaba sin 'Trus', culpaba a la compañía de «crueles» y poco menos que de mataperros.

La dentellada no fue del agrado de Iberia. La empresa de transporte aéreo aclaró que el pasajero fue informado la misma noche del suceso de que los perros no habían embarcado y que, tras una investigación interna, se le explicó que al manipular la jaula esta se desarmó por los puntos de sujeción.

A otro perro con ese hueso, debió pensar este antiguo trabajador de la construcción, que armado con una fotografía de su mascota movilizó a halconeros, bomberos y Guardia Civil de Barajas para que, si lo veían, lo capturaran. Incluso llegó a entrar en zonas de máxima seguridad del aeropuerto por si estaba por allí. La especial «sensibilidad» demostrada, según Iberia, hizo que la compañía se comprometiera a proseguir la búsqueda con personal propio.

Esta acabó el día de la lotería a las siete de la tarde. 'Trus' ya se encuentra feliz y seguro después de haber echado una cana al aire junto al amo más fiel que can alguno tuvo desde 'Lady', la perra que su dueña salvó de morir ahogada en el 'Titanic'.

-----------------
  • Y ya puestos a 'referenciar', pueden leer esta historia personal que cuenta Enrique Gallud Jardiel en su Blog "Humoradas". 'La perra muerta y resucitada'

Comentarios

Entradas populares