De Medios y 'WhatsAppitis'

Gobierno contra televisiones

RAÚL DEL  POZO

Algunos socialistas piensan que el ataque de José Luis Rodríguez Zapatero al Grupo Prisa, con La Sexta y Público, no fue el principio de la decadencia del grupo mediático, sino el haraquiri del PSOE. Desde la derecha y la izquierda se considera a Zapatero, muchas veces injustamente, el rigor de todas las desdichas.

Es verdad que los medios que antes apoyaban a Ferraz se han pasado a Podemos y que los socialistas se han quedado sin aquel demoledor apoyo mediático. «La gente que ve La Sexta o Cuatro antes era nuestra; ahora apoyan descaradamente a Pablo Iglesias», me dice un dirigente que en su día se enfrentó a Zapatero por su política de comunicación.

Ahora, el proyecto socialdemócrata está tiritando. No creen que se reducirá a una especie de Pasok, porque el PSOE es el segundo partido socialista de Europa en edad y gobierno, pero parecen reducidos a ser bisagra o complemento de una gran coalición. «Si el PSOE pacta con el PP –dice el dirigente– desaparecerá el PSOE; y si el PSOE pacta con Podemos, desaparecerá España».

Si la socialdemocracia se siente defraudada por la televisión, la derecha se siente sableada, estafada. Enfrente, las dos grandes cadenas –Antena 3 y Telecinco– se sienten coaccionadas. «Estos cabrones de Antena 3 nos están tomando el pelo y los otros siempre han estado en contra de nosotros». A los de Telecinco los multan cada semana y amenazan a todos con devolver la publicidad a RTVE.

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Doctor, tengo ‘WhatsAppitis’

PEDRO SIMÓN

UNO sucumbió porque era gratis, alimentó la hoguera arrimando los dedos y ya arrastra quemaduras de tercer grado ante tanta pulsión digital.Te descuidas media hora, le das una vuelta a las alubias, regresas al móvil y hay 298 mensajes en el grupo de periodistas de Minglanilla de Onésimo de WhatsApp.

La metáfora es que andamos sin un rumbo señalado, con el desnorte como bandera y la pantalla del Samsung como única brújula: una cosa es defender la necesidad de estar interconectados y otra bien distinta es esta idiocia de andar todo el día hipnotizados.

Se llama WhatsAppitis y se puede dejar. Yo lo he comprobado y en todos los bares de mi barrio me dan la razón: mucho peor que tu hijo te vea agarrado a una botella de ginebra lo es que te vea bebiendo de morro del Iphone. Porque con la ginebra hablas raro, es cierto. Pero con el teléfono es que ni articulas palabra.

Escribo esto en el móvil mientras viajo en el metro de vuelta a casa, donde los periódicos ya no son lo que eran y mucho menos los lectores.

En este lado del vagón vamos tres selfiedependientes con gorrito de Papa Noël, dos googleadictas, un yonqui de los Angry birds, un vigilante que sólo vigila su cuenta de Twitter y un ciudadano insólito que acaba de abrir un libro, mirando a uno y otro lado, medio acojonado, como si estuviera sacando una biblia en un reservado de Gabana.

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NOTA:

-Si he recogido una parte de estos dos artículos  es porque me han enseñado algo que me daba vueltas en la chola: ¿Cómo se venden o cobran las Televisiones y sus medios a los partidos según les convengan? El asunto está bien claro y nosotros en Babia. 

-El segundo asunto se refiere a este mundo 'líquido'  que tengo muy cerca y servidor todavía con el Catón en la mano, leyendo y escribiendo. Y me pregunto: ¿en qué mundo vives Nau? Sabe más esta  mascota que ese parvulito.